Ese lenguaje hablado...

En días pasados platicaba con una persona de riendas muy sueltas para usar ese lenguaje nuestro de cada día y le explicaba sobre las propiedades alimenticias del pulpo y sus inducutibles cualidades afrodisíacas, siempre que sea cocido hasta un término que se considere "al dente" y se concluya su adobo en una plancha con algunas tiras de pimientos morrones, aceite de oliva extra virgen y un salpicón de vino blanco de poco cuerpo, pero con algunas propiedades espumantes. Es una fórmula infalible para luego sentirse como si viviera las  alucinantes experiencias de Príapo.  



Si a lo dicho anteriormente se agrega que ese crustáceo feo y no preferido por muchos puede influir en la piel de quienes lo consumen de una manera que tiende a hacerla más suave y con menos propensión a permitir la formación de arrugas y manchas faciales, entonces, estamos hablando de un entremés de primera clase para una pareja de adultos que tenga plena conciencia de sus decisiones antes y después de una, o ¿quién sabe si dos? botellas de un codiciado albariño a temperatura moderadamente inferior a la que exista en el ambiente de la degustación. 

Como si fuera buscando una reacción chistosa me dijo a la velocidad de un rayo: 

- ¿El pulpo lo venden en una pulpería? 

Mi respuesta fue tan rápida que sus tenazas linguales se embotaron por unos segundos, pero el diálogo continuó, luego de mi respuesta...  
- Eso depende de cómo tú lo prefieras. Si deseas que sea convertido en pulpa, entonces sí....  


Comentarios

Entradas populares de este blog

MESO MÓNICA

Francia no puede ser árbitro en nuestras relaciones con Haití

INCÓGNITAS