INCÓGNITAS

En un despacho de CNN en español del 16 de diciembre de 2023, se resalta la condena del cardenal Giovanni Angelo Becciu por haber hecho una inversión millonaria en un lujoso inmueble, en Londres, haber grabado en secreto una conversación sostenida  con el papa y una asesora de seguridad acusada de gastar fondos de la Iglesia en marcas de moda. 

La sentencia del Tribunal del Vaticano contiene una insólita orden de prisión y destaca su participación en diversos delitos financieros. 

La noticia fue impactante para muchos fieles y seguidores de la Iglesia, provocando un gran revuelo y dejando muchas pistas para evocar los escándalos, que desde la fundación del catolicismo, han estremecido al mundo y servido de base para el surgimiento de nuevas corrientes orientadas a corregir males de fondo en una religión. 


Se ha dividido y seguirá dividiéndose si no se castigan de manera ejemplar los desacatos y demás actos de naturaleza criminal que han llenado de temor a los creyentes, pero, mas que división se ha producido una segregación de devotos y cada quien cree a su manera por haberse perdido la confianza en los curas.


Los que ofician misas predican sermones divorciados de las necesidades de su comunidad,  limitándose a exponer la parte clerical de la ceremonia y a buscar el sustento económico de su organización


La restauración de la fe de los fieles, se logra a base de que la sociedad comprenda que el catolicismo no es una agencia de enriquecimiento de un grupo. 


Por otra parte, hemos visto las declaraciones ofrecidas por el hoy obispo emérito, con apenas 62 años de edad, Víctor Masalles y sin lugar a dudas, son espeluznantes. 

Ha puesto el dedo en la llaga al decir que ha sido víctima de un engaño por parte de la iglesia y si eso se le hace a un obispo que se supone  conocedor de todos los recovecos de la profesión, entonces hay que pensar en lo que podrían esperar los creyentes incautos. 

También ha afirmado que la “bendición a homosexuales forma parte de agenda del modernismo que busca adueñarse de la Iglesia”. 


Los dos ejemplos citados dejan en evidencia que la iglesia actúa como si estuviera en un plano empresarial, sencillamente porque en una corporación, un ejecutivo que se exprese en esos términos acerca de quien le remunera por sus servicios, cae en el plano de los elegibles para ser objeto de cuestionamiento, revisión de su liderazgo y puesta en retiro involuntario. 

¿Quo vadis? 












Comentarios

Entradas populares de este blog

MESO MÓNICA

Francia no puede ser árbitro en nuestras relaciones con Haití