DIARIO DEL OZAMA

Hoy es 31 de diciembre de 2015. Como la rutina lo indica, es el día de la nochevieja.  Es la última medianoche del año que se convierte automáticamente en la primera madrugada de 2016, en un abrir y cerrar de ojos.  Tan pronto como se termine la famosa ingestión de una docena de uvas y se hagan unas cuantas llamadas telefónicas sin éxito porque "su llamada no fue completada como fue marcada" o "el número que usted ha marcado no está disponible en este momento" o " todos los circuitos están ocupados", usted habrá sentido la primera indignación del recién iniciado periodo de 366 días del año bisiesto número 504 del calendario gregoriano.  Así empieza un nuevo capítulo del circo político dominicano,  que ya fue bautizado como "Año del Fomento de la Vivienda"  y puesto a disposición de los buitres que usan la carroña plueblerina como alimento para las urnas de mayo.  No se ha dicho que el 2016 bien pudiera ser el año de Desiderio Arias, hombre de val

Don Manolo, un simpático emigrante del noroeste de la península ibérica, dedicó toda su juventud a forjar metales para la elaboración de elementos decorativos de esos que son  colocados como parte del herramental para las rejas para proteger edificaciones.  Al entrar en conversación con su mujer, a quien cariñosamente llamaba con el mote de Beba o Bebita, según estuviera el humor del gallego, una noche le dijo con mucho empeño que le consiguiera con urgencia un jarabe que había comprado para mejorar la memoria.  La respuesta de doña Beba fue contundente porque, según su parecer, Manolo no había llevado a su casa ningún tipo de medicamento para semejante tratamiento, ni mucho menos, lo había usado en ocasiones anteriores.  - Si..Beba, te juro que lo traje hace más de una semana, estaba en un bulto plástico de la farmacia de Doña Bertha y me costó mil pesos.  - Nunca he visto cosa igual, tú compras un jarabe para la memoria y juras haberlo traído a casa, mientras yo, qu